Hace ya algunos años que mi abuela falleció. Yo era joven, pero no tanto como para no recordar. Era joven en el sentido de que no me daba cuenta de ciertos detalles que la hacían fabulosa y que ahora a la distancia me voy dando cuenta.
Nunca conocí una persona tan buena en mi vida, seguramente todos piensen lo mismo de sus abuelas, pero estoy 100% segura de que ella era espacial.
Cuando era joven estudio duro para poder irse de su casa, no se bien cuáles eran las razones, pero lo logro. Se recibió de Nurse y se fue a una cuidad del interior donde nadie la conocía, para alejarse de todo. Ahí fue donde conoció a mi abuelo y al tiempo volvieron a la capital.
Cuando yo tenía 4 años ella tuvo un infartó, tuvo varias operaciones a corazón abierto, gracia a ciertas complicaciones y al tiempo me pusieron un marcapaso. Ella siempre dijo que fue su segundo nacimiento. A partir de ese momento ella sólo vestía ropa cómoda, llena de flores y colores. Dejo de correr y empezó a pasear por la vida. Dicen que antes ella no era así, pero a mi no me importa. Mi abuela era la que estaba llena de flores y colores hasta en los días más grises.
Ella falleció cuando yo tenía 16 años. Rompió los códigos de la medicina , los médicos nunca le estimaron tantos años y ella los disfruto.
Al ser la nieta mayor, era la más consentida o la que tenía más vínculo con ella. Sus joyas siempre me llaman la atención (hoy en día son las que uso en la diaria), pero lo que nos más uno era la cocina y nuestras lanchas charla en su jardín lleno de flores.
Hace un tiempo encontré cuadernos viejos de ella, llenos de recetas de cocina.
Me olvide de mencionar que su hobby era sentarse a mirar la tele y anotar las recetas que dictaban los conductores en casa programa. Y que todos los domingos cocinaba para toda la familia, pero ella solamente comía milanesas de pescado sin sal , ya que su problema cardiaco no le permitía comer con sal. Esto me hizo pensar en el amor que ella nos tenia como para ir todos los domingos al mercado, cocinar toda la mañana, solamente para vernos disfrutar de su comida y estar con nosotros.
Volviendo a lo de las recetas, yo estaba segura que no sólo habían recetas escritas en esas hojas viejas. Y tenía razón, encontré otro tiempo de escritura.
“Pero hay momentos en que ciertas tormentas alrededor de cada uno no nos permiten escuchar los pedidos de auxilio del otro. Ya que estamos emburellidos por nuestros propios gritos deambulando vagos entre la lluvia” Abu Selva.
Esto me dio a reflexionar también, no todo era color de rosas y cada uno lucha su propia batalla.
Volviendo a lo anterior, estas recetas son una nueva forma de conectarme con ella. De seguir el vínculo de una forma diferente. Toda relación se transforma y decidí que la nuestra no iba a terminar. Asi que se me aburrió la idea de hacer un blog con sus recetas y cocinarlas (ya que ella no logró hacerlo en su amplitud).
La razón de este post es que hoy estoy con ese sentimiento de anhelo mezclado con orgullo, ya que que en unas horas me voy a hacer un tatuaje con su flor favorita la orquídea.
No soy religiosa, creo en mi y en las energías que provocamos cada uno con nuestras decisiones.
Aveces para pensar en el futuro hay que hacer un viaje al pasado.
